ARTICULO2
ARTICULO3
Juan Malla Peralta
El
descubrimiento por Roentgen de los rayos X en 1895 aportó la más importante
ayuda diagnostica en odontología. Esta nueva forma de energía podía ser
utilizada para registrar sombras o imágenes en una película fotográfica. Este
importante instrumento diagnóstico es esencial para tratar niños con éxito; en
la literatura abundan datos estadísticos que demuestran como la caries dental
puede pasar inadvertida sin el examen radiográfico. El diagnóstico temprano de
las caries evita que el niño experimente dolor de causa dental, extracciones y
estrés emocional. Además los problemas de erupción o de desarrollo pueden ser
descubiertos también con las radiografías y el tratamiento temprano de estos
problemas puede reducir la necesidad de procedimientos ortodónticos prolongados.
La selección de radiografías apropiadas para niños depende de la edad del niño,
del tamaño de la cavidad bucal y del nivel de cooperación del paciente.
Estos puntos se
determinan mediante la evaluación y el examen cuidadoso del paciente antes del
estudio radiográfico. El examen determina la necesidad y el tipo de
radiografías que se han de tomar. La técnica ideal expondrá al paciente a
cantidades mínimas de radiación, requiere la menor cantidad de radiografías
posibles, toma el menor tiempo posible y brinda un examen adecuado de la
dentición y las estructuras de soporte. La cooperación del niño es tan esencial
para el examen radiográfico como la selección de la técnica radiográfica
correcta para el caso. Ambos factores contribuirán a aumentar la posibilidad de
éxito y a reducir toda exposición adicional a la radiación.
El equipo de
rayos X puede ser terrible o generar curiosidad, según el niño. Es prudente
permitir al paciente que observe, recorra y manipule el aparato para que se
acostumbre a la “cámara”. Se le puede permitir al niño tomar una radiografías y
mostrarle donde será aplicada, si se trata de una radiografía coronal u oclusal
se le mostrará como morder sobre el dispositivo o la película. La técnica de
“decir-mostrar y hacer” será muy útil para ganar cooperación. Se deben
radiografiar primero las zonas más fáciles, esto es importante en niños que
tiene reflejos nauseosos exagerados o que objeten la aplicación de la película
en la sensible región del piso de la boca, los anestésicos tópicos son
convenientes en ambas situaciones.
Al colocar el
delantal de plomo se puede hacer semejanza con un traje espacial. Al momento de
colocar la película en la boca se les invita a respirar tranquila y
profundamente por la nariz. Se debe ser paciente con el niño al tomar
radiografías; pueden ser necesarios los repetidos intentos de ubicación de la
película antes de la exposición real a la radiación. Si el niño no coopera, con
frecuencia resulta efectiva la modulación de la voz, la firmeza y la suavidad del
trato.
La decisión de
realizar un examen radiográfico se basa en las características individuales del
paciente: edad, salud general, hallazgos clínicos, historia odontológica.
Resultaría necesario hacer un examen radiográfico cuando la historia y la exploración
clínica no proporcionan información suficiente para evaluar de modo completo la
situación del paciente y formular un plan de tratamiento apropiado. Solo deben
hacerse radiografías si existen razones para esperar que la información
obtenida beneficiara al paciente. Aunque la información diagnostica
proporcionada por las radiografías puede dar beneficios definidos al paciente,
el examen radiográfico conlleva el peligro de daño por radiación ionizante. Uno
de los medios más eficaces para disminuir el daño posible, consiste en evitar
la realización de radiografías que no aportaran información pertinente para la
atención del paciente.
Dos criterios
son de importancia sobresaliente al decidir acerca del examen radiográfico:
·
el estadio de desarrollo de la
dentición y
·
el riesgo de caries del
paciente
Por lo tanto y
como conclusión debemos decir que para realizar un correcto diagnóstico y un
plan de tratamiento adecuado es necesario la realización de una completa
historia clínica, la exploración intraoral y extraoral del paciente pediátrico
y la obtención de pruebas complementarias. Entre ellas se encuentra el examen
radiográfico el cual sólo deben realizarse radiografías si existen razones para
esperar que la información obtenida beneficiará al paciente.
CALIFICACION GRUPAL: 17.75
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